Los establecimientos dedicados a la preparación de alimentos deben contar con un programa de limpieza y desinfección que contemple todas las áreas donde se manipulan alimentos. El programa debe considerar los siguientes puntos:
¿Qué se limpia?
¿Quién lo realiza?
¿Cómo se realiza?
¿Con qué frecuencia?
¿Quién lo supervisa?
Contar con un programa de limpieza brinda varios beneficios al establecimiento como:
- Limpieza más sencilla
- Mayor durabilidad de los equipos
- Menor reproceso de productos
- Mejor imagen de la compañía
- Es la base de los sistemas de inocuidad.
El proceso general de limpieza y desinfección consta de 4 etapas esenciales:
- Limpiar. Consiste en quitar la suciedad visible (restos de comida, polvo, etc).
- Enjabonar. Tallar la superficie con solución jabonosa, para eliminar suciedad incrustada y grasa.
- Enjuagar. Enjuagar a chorro de agua o con un trapo mojado para eliminar todo el jabón.
- Desinfectar. Utilizar algún producto desinfectante para disminuir la carga microbiana de la superficie, tal es el caso del cloro o sales cuaternarias. Se puede realizar por aspersión o utilizando un trapo en solución desinfectante.
Para que la desinfección sea efectiva; la superficie debe estar siempre limpia, el desinfectante debe entrar en contacto directo con la superficie, se debe utilizar la concentración adecuada de desinfectante (2 ml de cloro comercial por cada litro de agua o siguiendo las indicaciones de uso) y finalmente dejar el tiempo suficiente para que el desinfectante actúe.
El uso de tiras reactivas para validar la concentración de las soluciones desinfectantes son de gran ayuda.
Contar con las fichas técnicas y las Hojas de seguridad de los productos químicos es fundamental para hacer buen uso de ellos.
Durante las limpiezas profundas, cuando menos 1 vez por semana, se deben lavar los equipos en todas sus partes, desarmando en caso de ser posible.
En LM Alimentaria podemos apoyarte en el desarrollo de tu programa de limpieza. ¡Contáctanos!